On.

Salió de aquel inmenso edificio. Cinco horas encerrado en aquel lugar daban para pensar...y mucho.

Caminaba con paso decidido, si alguien debía comerse la calle era él. Llevaba un tiempo analizando su alrededor: sus amistades, su personalidad, su forma de comportarse, su trabajo, sus entretiempos...etc etc.

¿Había encontrado cosas que no le gustaban? Sí, pero también muchas de las que nunca se desharía...

Las vueltas que da la vida le habían enseñado a serenarse, a no querer correr ¿Cambios? muchos por hacer, ¿vida? mucha por delante...

Ahora tenía varios objetivos en mente, a corto plazo, que de preocuparse por un futuro ya tendría tiempo, todo el del mundo. Centrado en el día a día, en su rutina, en un hoy y no en un mañana. Debía empezar por algo y ese algo era él mismo...

¿Los primeros pasos? disfrutar de cada pequeño detalle, de cada mirada, cada caída y vuelta en pie. Plantarle buena cara y una sonrisa de oreja a oreja a todo y a todos, porque a la amargura, a la tristeza, a la decepción,  eso es lo que más les jode...

Estenosis del alma.

Los secretos que yo conozco
gritan a voces,
son secretos
que puedes oír aún estando sordo,
secretos plasmados en mi semblante,
de día y noche y viceversa,
de pequeñas heridas,
de grandes cicatrices,
son puntos y comas de
mi pequeña historia,
de una vida, la mía,
que cobra sentido al cruzarse
con otra vida, la tuya,
son secretos imperceptibles
al oído del vulgar,
del cotidiano,
pero perfectamente escuchables
al abrigo de los bares,
de las melodías tristes,
de noches de luna y sin luna,
de los ojos verdes que
tan bien conozco,
de los caminos que anduve,
pero cuidado, no los grites,
nadie te entenderá,
son como la locura,
todos la ven, la oyen,
pero nadie la entiende,
son mis secretos,
al fin y al cabo.


Kutxi Romero.

Marca la diferencia.

Nunca hay que olvidar que por el simple hecho de ser personas, todos tenemos un valor. Los altos, los bajos, los grandes, los pequeños, los morenos, los rubios o pelirrojos...
Todos somos iguales pero a la vez siempre hay algo que marca la diferencia, que nos hace únicos y especiales.

Por ellos, por ellos, por ellos. Porque mi felicidad alcanza niveles indescriptibles con un beso como el de la foto.

¿Quién?

Cuando caigas y retrocedas en la subida a la montaña...
¿Quién peleará?
¿Quién estará atrás?

Un paso atrás...ni para coger impulso.

¿Qué es eso de lamentarse todo el día? ¿Aislarse en un o mismo y no querer enfrentarse a la realidad? ¿Por qué tanta inmadurez a estas alturas?
Dejemos las comeduras de cabeza a un lado, si algo no te gusta, actúa y cámbialo, no te quedes esperando a ver cómo pasa el tren, quizás no tenga más que un trayecto...

Vale ya de cobardías y debilidades, vale ya de negatividad y penas, vale ya de esconderse...¡vale ya!

Sólo tú eres dueño y señor de tus actos, los puedes manejar a tu favor o volverlos todos en tú contra, ya sabes: tú eliges.

A la...

...mierda todo.
Se ha llenado de negativismo el día.

¿Cuántas veces debemos empezar de cero?

Hoy es uno de esos días en lo que por enésima vez en lo que va de año (y sólo llevamos 4 meses) digo: empecemos de cero. Recorramos el pasado en el que hemos acumulado kilos y kilos de recuerdos que no deberían estar ahí. Metámoslos todos en un saquito y tirémoslos a la inmensidad del olvido.

Hoy es uno de esos días en los que el conglomerado de palabras que tengo dentro no me deja expresarlas, lo dejaremos para mañana, cuando pase la tormenta y llegue la tan ansiada calma, porque...siempre llega la calma.

Silencio...