miércoles, 25 de enero de 2012

Como una tortuga con prisa.

Son días en los que piensas es cambiarte de ciudad, desaparecer o huir con esa persona a la que tanto echas de menos. Estoy harta del egoísmo, del egocentrismo, del yo, yo, yo, yo. Cansada de que la gente única y exclusivamente piense en sí misma. Perdonadme pero yo no puedo ser así.
.
.
.
.
.
.
Cansada de la dictadura del YO.

lunes, 16 de enero de 2012

Sólo falta un paso.

Si me paro a pensarlo, empezó todo de rebote. Yo llegaba de Lleida de pasar por uno de los peores tragos de mi vida. Tuve que renunciar plantando una firma a aquello por lo que había luchado, por aquello que derramé sudor y lágrimas. Pero creo que ha sido la derrota que más he agradecido nunca. Quizás no era el momento (y no lo era) pero cada vez estoy más segura de que yo no quería diagnosticar a las personas, quería cuidarlas. A cuatro meses de sentirme satisfecha conmigo misma (más de lo que hoy ya estoy), de sentirme orgullosa por alcanzar la meta con muchas personas a mi lado. Porque si no llego a hacer las maletas y volver no hubiera afianzado tanto mi relación con Martita y Raquel, no hubiera gozado de los "jueves enfermeros", no hubiera entrado en Aspanias (y no te hubiera conocido a ti, gordo), no hubiera conocido nunca a Nuria (y lo que ello suponía y conllevaba), no habría podido disrfutar de las pequeñas que aquí se quedaban, no habría mantenido conversaciones de horas con "La auxi", no hubiera disfrutado del frío y las nevadas. En septiembre del 2009 un trocito de mi mundo se caía y a enero de 2012 digo que falta poco para acabar de construir una parte de él. 
Éste es un claro ejemplo de que hay que caer y aprender a levantarse. De que la vida pone a cada uno en su lugar y el mío ahora es éste. 

Gracias a todo lo que un día estuvo en mi contra, me ayudó a ser fuerte, a crecer, a madurar. Ahora se ha vuelto a mi favor.