sábado, 5 de enero de 2013

Aún hay tiempo para siempre...

La caída de las hojas, el movimiento de las nubes, las mareas, la salida del sol y de la luna, el crecimiento del pelo, el cambio de mes, y de las hojas del calendario, el paso de los días, y, con ellos, el paso de los años...

Y así, días como hoy tienen su pequeño tinte especial, dulce y a la vez amargo. No hay que mitificar las fechas, no hay que marcar días en el calendario, pero sí marcamos personas. Yo el día 5 de enero marqué a una, pero no solamente ese día, es ése y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente...

No sé cuándo, ni cómo, ni por qué, creo que dejé de expresar y demostrar las cosas, pero no por ello dejé de sentirlas. Porque me pongo esa cazadora y pienso en ti, veo esas fotos y pienso en ti, recuerdo el olivo y pienso en ti, las palomitas y los san franciscos y pienso en ti. Las charlas interminables, los abrazos, peinados y recuerdos...pienso en ti continuamente aunque no lo demuestre, aunque no te lo diga por miedo a que la distancia que entre nosotras se creó no vuelva a unirse nunca. Porque te fallé a ti y a mi misma. Porque días como hoy me recuerdan a ti y a tus palabras, porque días como hoy te recordaré lo que eres y lo que significas para mi.

Sé que la distancia es dura, que estando lejos en momentos especiales se te cae el alma a los pies, pero no, eres fuerte, vales demasiado como para permitir que eso te ocurra, tú te acuerdas de nosotros y nosotros de ti, no permitiremos que caigas. No permitiremos que no continúes el camino, si no te esfuerzas al máximo, ¿cómo sabrás dónde está tu límite?


Recuerdo hace casi cuatro años los paseos por la tarde por el borde de aquella playa, la de Brighton, cuando no sabía si entraría o no en medicina, la incertidumbre, el estar conociendo a Víctor, las primeras experiencias sola y fuera de España...ahora te veo a ti pasear por allí, siéntate frente al mar y disfruta, disfruta de tu suerte, de tus avances, de lo valiente que eres, de esta oportunidad, de que estás en el camino correcto y es entonces cuando te dejaré flaquear ligeramente, cuando mires el mar recuerda que tan solo unos kilómetros te separan de los tuyos, de tu gente...que la distancia no tiene importancia si acaba donde empiezan tus pies...


Disfruta de hoy, de tus niños y, sobre todo, disfruta de ti.



Gracias por formar parte de mi camino, de mis sueños y de mis ilusiones. Sabes que siempre estoy ahí.
Felices 22 pequeño tomatito. Te lanzo un te quiero, alcánzalo.