sábado, 7 de mayo de 2011

Espejo.



Siempre se preguntó si los espejos representaban la realidad. Si lo que se mostraba en ellos era realmente lo que existía o si simplemente eran imaginaciones de aquel que se dejaba reflejar. Últimamente se miraba al espejo y no se reconocía. Pero al igual que en determinadas ocasiones actuamos de una manera que no es acorde a nuestra forma de ser y no por ello dejamos de ser quien somos, también en ciertos momentos se miraba sin saber qué veía, a quién veía.

Tantas veces había sentido el impulso de tirar aquel espejo, ver como miles de añicos se formaban a su alrededor, rasgaban todo lo que rozaban a su paso, incluso su piel. Destrozarlo para sentir que la libertad se cernía sobre él. Que no debía dejarse guiar por un reflejo que no suscitaba en él la mayor de las sonrisas sino la más grande de las repudias. 

La próxima vez optaría por dejarse reflejar en las aguas de un simple charco, estancadas, sucias, para no ver la claridad de aquel estúpido espejo.

1 comentario:

  1. Qué grande es tener a un amigo del sexo opuesto

    acabo de leer este comentario tuyo, no lo habia leido... pero sabes que¿? que pienso lo mismo!!!

    para variar otra entrada brutal!

    ResponderEliminar