viernes, 21 de octubre de 2011

Carretera de por medio.

Sentadas en aquella pequeña mesa compartiendo palabras después de un día duro, cansado. No era lo que se dice pronto pero de sus bocas fluían y fluían frases, mezcladas con sentimientos, emociones, una pizca de sabiduría y muchas, muchas ganas de que salieran de aquellas dos figuras femeninas. Dos vasos de leche caliente entre las manos, el mejor remedio para calentar las ideas que se han quedado frías después de la llegada del nada esperado otoño. Demasiadas cosas habían pasado en un lapso muy corto de tiempo, necesitaban meditarlas, hablarlas, serenarlas, apaciguarlas. Cuatro ojos ven más que dos le solía decir, estaba en lo cierto.
Las agujas del reloj no perdonan y la alarma del despertador tampoco, se hacía tarde y mañana volvería a ser un día duro, cansado.

Al día siguiente se levantó y encontró una nota encima de aquella pequeña mesa, sólo una frase contenía el folio pero resumía en gran parte la conversación del día anterior, un punto de vista cegado plasmado en un papel: "recuerda: tú vales más que 130 km". Y volvía a estar en lo cierto.

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