sábado, 4 de junio de 2011

¿Dónde coño te escondes?

Seguía en aquella parada de autobús, no sabía el tiempo que llevaba esperando pero parecían días, incluso años.
Pasaba uno, otro, otro más, y seguía allí sentada. Sin moverse. Sin saber qué hacer. Qué decir. Qué sentir. No sabía el destino al que se dirigía. No lo tenía. Lo que sí tenía era la extraña sensación de estar esperando algo que nunca llegaba, no hablaba sólo de un medio de transporte con el que alejarse de aquel lugar, sino algo que le hiciera sentirse feliz por un instante. Felicidad. Ésa que hacía tiempo no sentía pero que añoraba.
Mientras se encontraba absorta en sus pensamientos pasaron otros dos autobuses más, ninguno con el destino que ni ella misma sabía. Se levantó y decidió cambiar de dirección, quizás ésa no era SU parada.

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