martes, 14 de junio de 2011

Su calor...

Dejó el puñado de folios encima de la mesa, ya seguiría mañana. Le había llamado la atención aquel viejo diccionario que reposaba solitario en la estantería. Abrió el grueso libro y posó su mirada en una palabra: abrazo. No hacía falta que siguiera leyendo, la deficinión se la sabía de memoria. Necesitaba vivir los ejemplos.



Sin motivo alguno. Sin justificación.


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