martes, 1 de marzo de 2011

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Despojillos humanos. Ayer fui yo la que corría detrás de una mocosa cruzando ríos a las 2 de la mañana. No me arrepiento de nada, pero reflexiono al respecto. Cuatro personajes, no necesitábamos más, pero otra vez habíamos aprendido que daba igual cambiar las cosas, que la gente es "egoísta" y que si no vas tu pues, yo tampoco. No sabéis lo que os perdistéis. Surrealismo en estado puro, desde el momento en que una botella de vino cayó a nuestras espaldas.
Creo que no hace falta que mencione los detalles de la noche de ayer, todas los sabemos, bueno, rectifico,casi todas, el etanol a veces deja su huella. No importó el ambiente sino quiénes estábamos allí, de lo que se habló, y de lo que no se habló también. Y esta es otra de las noches que se lleva al recuerdo.


"Lo peor es el trago amargo con el que se encontró al despertar. Lo evitaba, lo intentaba, pero acudía una y otra vez. Aquel recuerdo. Aquella sensación. Odiaba levantarse de la cama y ver aquel desorden emocional, a la par que físico. Sabía que podía evitarlo, lo hizo durante un tiempo, pero volvió a caer como pez en una red de pesca. Aquella mañana dijo basta. El grito desgarrador que dio hizo que aquella palabra quedara grabada en las paredes y, lo que es más importante, en ella misma.
Levántate y aprende. "

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