viernes, 18 de febrero de 2011

No es lógica. Es imaginación.

Agua ardiendo cayendo por sus hombros, vapor saliendo por los poros de su piel, placidez y satisfacción. Pequeño radiocasette colocado encima de una banqueta, de fondo aquella canción que tanto le gustaba: "I want to know, Have you ever seen the rain?"
Era inexpresable la sensación que día tras día sentía, primero en los pies por el contraste con la fría cerámica blanca, después en el cuerpo por el suave viento que entraba por aquella vieja ventana y más tarde en la cabeza, la espalda, el pecho, las piernas, calidez reconfortante. Ha sido un día duro. Necesitaba aquellos cortos pero intensos cinco minutos, vaciar su mente de pensamientos superfluos. Jabón, esponja, espuma.
Retirar el tapón y ver el remolino formado. Salir al frío espacio de baldosas blancas y desear que sea mañana para vovler a sentir lo mismo. Cotidiano, pero un pequeño detalle de esos que marcan la diferencia.


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