miércoles, 5 de enero de 2011

Me quedo contigo.


On. Televisor en funcionamiento, primera noticia del día: ejecuciones en una plaza pública. ¿volvemos a la Edad Media? Puñetero mundo de mierda.


Maldito billete de ida sin vuelta. Y cuando decidí arriesgarme, tirarme a la piscina me solías decir, no pensé en las consecuencias, consecuencias que llegaron para quedarse. Y es que en el vagón de mi tren, en mi asiento, desde mi ventanilla todo se ve diferente. Trenes sin destino, pero trenes con diferente dirección.
Manzana mordida poco a poco como si de un sutil caramelo se tratara, un caramelo con sabor amargo, sin azúcar, si aditivos que alimenten la más mísera célula de mi cuerpo.
Me quedo con lo que tengo, con dos pinzas en un tendedero. Pinzas que algún día albergaron trajes de gala, sonrisas sin forzar, miradas compatibles, guiños sin sentido, pensamientos selectivos. Complicidad.

.
Veinte. Lo cierto es que tienes razón. Que nunca serás así, y yo agradeceré que no lo seas. Que el aprecio es mutuo, que la casualidad no tiene cabida para las coincidencias. Que un Cosmopolitan una noche a 35ºC puede unir más que una correa a un amo.
.
 En lo prohibido reside la más pura tentación.

1 comentario:

  1. Esa cabeza de pescao rebozao que tienes, es una pasada...

    Veo que tienes una buena cantidad de etanol en la foto eh!! jaja

    ResponderEliminar